Nuestro proyecto se basa en la convicción del sentido lúdico que tiene que impregnar la intervención socioeducativa desarrollada mediante una Escuela de Verano. Nuestra Escuela de Verano viene inspirada por el principio 7º de la Declaración de los Derechos del Niño, que establece:
“El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho”.
Resulta obvio afirmar que la familia constituye la primera instancia de socialización y la institución que globalmente tiene más influencia en la formación y desarrollo de los/las menores.
Es en su seno donde estos menores, a través de la observación de las conductas de los adultos, se van capacitando para vivir en la sociedad y para afrontar de forma adecuada las nuevas situaciones que se les presentarán a lo largo de la vida.
La familia es capaz de influir positivamente en el desarrollo sano y equilibrado de sus miembros, lo que explica la necesidad de apoyar esta potencialidad, mediante la accesibilidad a los suficientes recursos en su entorno social, para evitar que la convivencia en su seno se convierta en todo lo contrario, es decir, en una fuente de riesgo y dificultades en el proceso evolutivo de los menores.